Continuamos celebrando el 25 aniversario la I Sagardo Bira, y para ello Edu vuelve a esta sidrería que sólo abre dos meses (antes 1), nunca en festivo, 13 años después (Nesss 1 mes después).
Asistentes: Edu y Nesss (como hace 13 años, ni más ni menos)
De papeo, una tortilla de bacalao pequeña aunque correcta para dos, pero muy jugosa y sabrosa (de sobresaliente), luego un par de tajadas de bakalao con pimientos verdes y ajos, con distinta suerte: el de Edu con unas excelentes lascas que no dejaba de fotografiar, y el de Nesss con unas excelentes espinas que no dejaba de maldecir; Ahi les pedimos el ya tradicional stop a la comida para poder beber a gusto, y luego les pedimos continuar, nos sacan una txuleta (que no txuletón, de 620gr. como comprobamos luego en la factura) sin hueso y pequeña para lo que estamos acostumbrados pero si que estaba muy tierna y rica. Entre que sabíamos que el precio subiría mucho con una segunda txuleta, el juepintxo, y que Nesss no estaba muy por la labor, nos conformamos con esa única txuleta. De postre, un cesto de nueces que masacramos, un plato con 2 trozos de queso curado (muy rico) y otros 2 de queso más tierno (menos rico), cuyos nombres por cierto anunciaban en un cartel en la pared, y membrillo. Es curioso pero el queso nos llenó sobremanera, como si nos hubieramos comido el doble de ración... la cosa es que quedamos henchidos y no de gloria. La factura ascendió a 64,31€, redondeado a 65, 32,50€ cada (efectivamente con una segunda txuleta igual, nos habría salido 11€ más cada). Por cierto, el trato de los camareros muy correcto, a gusto del cliente, y avisando en la zona de kupelas cada vez que sacaban comida. Mucho mejor que los jovenzanos de Iruin- Astiazarán o Lizeaga, donde parecía que les fastidiaba que no cenaramos en 20 minutos.
Edu tarda cero en colocarle el cartelito de la mesa que rezaba "Nestor" en la solapa al susodicho, para que recordara su nombre. Con tanta gente, el atasque para el txotx (siempre en kupelas de metal) era frecuente alternado con ratos de vacío absoluto que aprovechábamos para conversar y pasarle su vaso al amigo txotxero para que se tomara un trago. Tras un buen rato se toma merecido un descanso (para realizar tres tareas, aunque Edu le recomienda centrarse en la tercera y única que sólo él podía hacer), siendo sustituido por el hijo del dueño que nos abre dos de las kupelas de madera, la de pie y la del txorro hacia abajo. Poco tarda en volver nuestro txotxero favorito que confirma haber hecho caso a Edu y cumplir con la tercera tarea. En cuanto a la sidra, no nos gusta el sabor de varias de las kupelas de metal, como la 11, a Edu le gustan bastante más las de madera aunque le confirman que las reservan más para embotellar. Al final no salimos los últimos pero casi, sobre las 23:30.